AQUÍ TENEIS UN EXTRACTO DE UNA MONOGRAFÍA SOBRE EL TEMA. DENTRO DEL APARTADO DEDICADO A LA ABSTINENCIA PUEDO AÑADIR COMO AFECTADO POR ESTE MAL: DESEOS DE MATAR AL TÉCNICO DE LA COMPAÑÍA QUE SE NIEGA A ENVIARTE UN ROUTER A PESAR DE HABER LLAMADO 5 VECES, 5 DIAS DIFERENTES, SIN QUE ME DIERAN UNA SOLUCIÓN. CUANDO ME QUISE DAR DE BAJA ENTONCES ME LO OFRECIERON...
John Suler señala la existencia de dos modelos básicos de la hipotética adicción a Internet.
El primero de ellos hace referencia a aquellos sujetos muy aficionados e interesados por sus ordenadores que utilizan la Red para recoger información, jugar en solitario, obtener nuevos programas, etc. pero sin establecer ningún tipo de contacto interpersonal (mas que el necesario para lograr sus propósitos).
El segundo tipo lo constituiría aquellos sujetos que frecuentan los Chats, MOODS (juegos en línea) y listas de correo. Todos ellos tienen en común la búsqueda de estimulación social. Las necesidades de filiación, ser reconocido, poderoso o amado subyacen a este tipo de utilización de la Red. En oposición a ellos, los sujetos del primer grupo evitan el "caos" interpersonal que puede cualquier canal de IRC. Para ellos la necesidad de control y la predictibilidad son elementos esenciales. Cuando el uso de Internet interfiera de un modo significativo las actividades habituales es cuando podrá ser considerado patológico. Sin embargo la interferencia sobre los hábitos de vida no es un criterio estable ya que varía tremendamente de unos sujetos a otros, variando en función de las disponibilidades de tiempo, dinero y de numerosas circunstancias tanto personales como familiares. Mark Griffiths (Psicólogo, Universidadde Plymouth) considera que las nuevas tecnologías son en sí adictivas, presentando patrones comportamentales similares a los del juego patológico o la bulimia. No obstante debemos considerar las actitudes de este autor sobre las nuevas tecnologías desde la perspectiva del familiar de un jugador patológico de maquinas recreativas, que ha publicado algunos trabajos condenando el juego con videojuegos con argumentos de escasa entidad.
Aproximación diagnóstica.
Pese al escaso y anecdótico bagaje clínico son numerosas las voces que proponen la inclusión de este supuesto trastorno en los manuales de clasificación (DSM-IV, ICD-10), aventurando borradores de criterios diagnósticos:
Tolerancia (definida por los siguientes criterios). Necesidad de incrementar las cantidades de tiempo conectado a Internet para lograr la satisfacción. Disminución del efecto con el uso continuado de similares tiempos de conexión.
Abstinencia, manifestada por las siguientes características: Síndrome de abstinencia. Cesación o reducción del tiempo de conexión (cuando se han dado períodos de tiempo prolongados de uso intenso). Dos o más de los siguientes síntomas aparecen después de unos días y hasta un mes de haberse producido el punto anterior. Agitación psicomotriz. Ansiedad. Pensamientos recurrentes (obsesivoides) acerca de lo que estará ocurriendo en Internet. Fantasías o sueños acerca de Internet. Movimientos voluntarios o involuntarios similares a los que se efectúan sobre un teclado.Los anteriores síntomas producen malestar o deterioran las áreas social, ocupacional o cualquier otra área vital. El uso de Internet o de otro servicio on-line es preciso para aliviar o suprimir los síntomas abstinenciales.Se accede a Internet mas a menudo o durante períodos de tiempo mas prolongados de los que se había planeado.Existen propósitos persistentes e infructuosos de suprimir o controlar el acceso a la Red.
Se invierte una cantidad de tiempo notable en actividades relacionadas con Internet (adquisición de libros, pruebas de nuevos browsers, organización del material descargado, etc.)
Las actividades sociales, profesionales o de recreo disminuyen o desaparecen a causa del uso de Internet.
Se permanece conectado a pesar de saber que ello supone un problema persistente y recurrente de tipo físico, social, laboral o psicológico (privación de sueño, conflictos matrimoniales, negligencia laboral, sentimientos de abandonar a los seres queridos...).
Se invierte una cantidad de tiempo notable en actividades relacionadas con Internet (adquisición de libros, pruebas de nuevos browsers, organización del material descargado, etc.)
Las actividades sociales, profesionales o de recreo disminuyen o desaparecen a causa del uso de Internet.
Se permanece conectado a pesar de saber que ello supone un problema persistente y recurrente de tipo físico, social, laboral o psicológico (privación de sueño, conflictos matrimoniales, negligencia laboral, sentimientos de abandonar a los seres queridos...).
Ivan Goldberg prefiere sustituir el término de adicción a Internet por el de Uso patológico de Ordenadores, estableciendo los siguientes criterios de diagnóstico:Cambios drásticos en los hábitos de vida a fin de tener mas tiempo para conectarse. Disminución generalizada de la actividad física. Descuido de la salud propia a consecuencia de la actividad en Internet. Evitación de actividades importantes a fin de disponer de mayor cantidad de tiempo para permanecer conectado. Deprivación o cambio en los patrones de sueño a fin de disponer de mas tiempo en la Red. Disminución de la sociabilidad que tiene como consecuencia la pérdida de amistades. Negligencia respecto a la familia y amigos. Rechazo a dedicar tiempo extra en actividades fuera de la Red. Deseo de mas tiempo para estar frente al ordenador.Negligencia respecto al trabajo y las obligaciones personalesCorrelatos fisiológicos.
Lynne Roberts describió algunos de los correlatos fisiológicos relacionados con el uso intensivo de Internet, aunque no iguala necesariamente estas reacciones con la adicción en su sentido patológico.
Respuesta condicionada (aceleración del pulso, incremento de la TA) a la conexión del módem.
Estado de conciencia alterado durante largos períodos de tiempo, con una total concentración en la pantalla, similar al de la meditación o del trance (hipoprosexia).
Sueños que aparecen en forma de "Scroll".
Irritabilidad importante cuando se es interrumpido por personas o circunstancias de la vida real mientras se está sumergido en el ciberespacio.
Sarah Lawrence editora de la revista educativa "Taken Children Seriously" afirma que navegar en la Red no se caracteriza por la repetición irracional de una conducta destructiva, como es el caso de las verdaderas adicciones. Señala como la valoración del tiempo de conexión puede ser una variable engañosa (estudiada desde un punto de vista únicamente cuantitativo).
Respuesta condicionada (aceleración del pulso, incremento de la TA) a la conexión del módem.
Estado de conciencia alterado durante largos períodos de tiempo, con una total concentración en la pantalla, similar al de la meditación o del trance (hipoprosexia).
Sueños que aparecen en forma de "Scroll".
Irritabilidad importante cuando se es interrumpido por personas o circunstancias de la vida real mientras se está sumergido en el ciberespacio.
Sarah Lawrence editora de la revista educativa "Taken Children Seriously" afirma que navegar en la Red no se caracteriza por la repetición irracional de una conducta destructiva, como es el caso de las verdaderas adicciones. Señala como la valoración del tiempo de conexión puede ser una variable engañosa (estudiada desde un punto de vista únicamente cuantitativo).
La cruzada del propio Ivan Goldberg o la de Kimberly Young requieren elevados tiempos de conexión a Internet, así como muchas horas dedicadas a actividades relacionadas con la red, siendo estos aspectos criterios de diagnóstico del IAD. ¿Sería legítimo considerarlos a ellos como adictos? Hasta la fecha no existe un perfil bien definido del usuario adicto a Internet, en general se trata de sujetos jóvenes, preferentemente varones, con un elevado nivel educativo y hábiles en el uso de la tecnología. Se especula con la existencia de un subgrupo de usuarios caracterizado por la timidez, que encuentra en el ciberespacio la posibilidad de liberarse de la ansiedad producida por las relaciones sociales cara a cara, ganando en autoconfianza, dado el relativo anonimato que Internet proporciona.
El Instituto para el Estudio de las Adicciones (IEA) se ha ocupado de describir qué tipo de personas son las que tienen más probabilidades de sufrir este tipo de dependencia. Las personas que padecen depresión, desorden bipolar, ansiedad, baja autoestima, o han padecido anteriores adicciones son las más vulnerables, según el IEA.