jueves, 26 de febrero de 2009

¿Qué es la psiquiatría biológica?


Artículo extraido de blog: El cajón de Watson.


Autor: Manuel Valdés Millar
Título: Psiquiatría Biológica: ¿Medicina o Ideología? La ausencia de respuestas éticas en la investigación psicobiológica.
Editorial: Mundo Científico nº172.
Barcelona, Octubre 1976

[Manuel Valdés Miyar: profesor titular de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona y Jefe de Sección del Área de Medicina Psicosomática y Conductual de la Subdivisión de Psiquiatría del Hospital Clínico y Provincial de Barcelona]

[Presentación] El progreso de la psiquiatría biológica a partir del empleo de modelos sistémicos ha permitido un conocimiento cada vez más preciso de la psicobiología de la vida psíquica, pero no ha servido para definir con criterios objetivos lo que es normal o deseable para el hombre. Por lo tanto, en la psiquiatría biológica se manejan conocimientos desprovistos de significado ideológico y moral, lo que obliga a los psiquiatras a recurrir a sistemas de valores ajenos a la ciencia.

El tratamiento de las alteraciones de la mente ha sido siempre una práctica polémica y casi nunca se ha fundamentado en un verdadero conocimiento de la biología del cerebro, de ahí que la psiquiatría haya sido cíclicamente acusada de definir las enfermedades mentales a partir de juicios de valor. Por ejemplo un juicio de valor seria afirmar que la discrepancia ideológica es un síntoma de psicosis, o que la masturbación es un trastorno, y aunque la psiquiatría ha progresado espectacularmente en las tres últimas décadas, todavía sigue recurriendo al diagnostico por consenso y a la definición de lo anormal en términos de desviación estadística. Esto es así porque todavía hay muchos trastornos que hasta ahora únicamente pueden ser descritos en función de su historia natural, de manera que no está claro si se trata de estados psíquicos circunstanciales, de alteraciones de la integración de la experiencia o de verdaderas enfermedades psíquicas. En la década del setenta, algunas filosofías libertarias que se enfrentaron a la praxis psiquiátrica de un modo decididamente radical, consideraron superflua esa distinción, y sostuvieron con escasa finura epistemológica que la enfermedad mental era un mito generado por la cultura y por el poder para neutralizar a los disidentes. Naturalmente, este punto de vista no duró mucho ni resolvió nada, y desde entonces la psiquiatría biológica ha ido desarrollándose ostensiblemente, sin dar respuesta adecuada a muchas preguntas que pueden hacerse sobre la naturaleza y los límites de su competencia.

Pero, ¿qué se entiende por psiquiatría biológica? A la psiquiatría (y a la medicina) biológica la definen sus postulados teóricos y sus métodos, que difieren de los sostenidos por la psiquiatría (y la medicina) organicista decimonónica, básicamente empírica, y sustentadora del paradigma de las enfermedades infecciosas como modelo para entender la enfermedad. Por lo tanto, a medida que la medicina ha ido fundamentándose en la investigación biológica, basada en la Teoría General de Sistemas y en la teoría de la información, la psiquiatría ha ido nutriéndose de la investigación psicobiológica, y ha tenido acceso a un tipo de explicaciones que han ido modificando su praxis aceleradamente.

LA PSIQUIATRÍA BIOLÓGICA SE DESARROLLA MÁS EN EL LABORATORIO QUE EN LA CLÍNICA

La psiquiatría biológica parte de la base de que la arquitectura heredada de la mente humana es el resultado de un proceso evolutivo, configurado por la necesidad de resolver problemas de adaptación al medio. Por lo tanto, el funcionamiento de esa mente está subordinado a la necesidad de sobrevivir, y sus objetivos se centran en la solución de problemas que pueden afectar a la reproducción de la especie, aunque sea muy remotamente. Así, por ejemplo, estar de buen humor resulta adaptativo porque, al promover actitudes afirmativas y afiliativas, hace más probable la interacción agradable con el otro sexo e incrementa la posibilidad de fecundación. Es cierto que el hecho de estar triste también aumenta la probabilidad de caer en los brazos reparadores de otro ser de otro sexo, pero sabemos que en los estados de estrés y de depresión -que son estados dependientes de la regencia funcional del sistema septo-hipocámpico o inhibidor de la acción (SIA) la regulación hipotalámica del eje hipofisario hace altamente improbable la fecundación, que es uno de los primeros lujos que un organismo suprime cuando está en apuros. Así pues, la psiquiatría biológica debería contemplar los estados emocionales y las conductas desde la perspectiva de analizar sus cualidades en referencia a su valor adaptativo, y a continuación tendría que sancionar qué estados o conductas son biológicamente deseables para cada sujeto en particular (ya que el valor adaptativo de una conducta está más determinado por su capacidad para servir a los intereses de la especie que a los del sujeto). ¿Debe la psiquiatría biológica ponerse al servicio del individuo hasta el extremo de sentirse eximida de toda servidumbre a los intereses de perpetuación de la especie? Y si es así, ¿qué criterio de normalidad va a usar, una vez rechazado explícitamente el concepto de valor adaptativo como criterio biológicamente deseable? ¿Ha de romper entonces la psiquiatría biológica con las leyes de la biología para proporcionar al hombre otro universo y emanciparlo de su servidumbre biológica de mero espécimen?

Está claro que en el futuro inmediato va a haber mucho trabajo para los defensores de la libertad y para los científicos y los filósofos que se interesan por la teleología de la mente. El caso de la esquizofrenia merece un análisis particular. La esquizofrenia es una enfermedad mental determinada por factores genéticos, que se inicia en la edad juvenil y está definida por alteraciones crónicas del pensamiento, de la afectividad, de las motivaciones y de la conducta, que dan lugar a una peculiar integración de la experiencia. Se trata de un trastorno en el desarrollo del cerebro, que dificulta la representación mental de las propias actividades psíquicas -que el esquizofrénico vive como gobernadas por fuerzas ajenas- y que parece asociado a un déficit neuropatológico en el giro parahipoclámpico del lóbulo temporal, y a alteraciones específicas de la neurotransmisión dopaminérgica. Puesto que la esquizofrenia afecta tan globalmente a la vida psíquica, cabe suponer que responde a un trastorno general en el procesamiento nervioso-central de la información simbólica y no únicamente a una disfunción localizada de sistemas neurales subsidiarios. En cualquier caso, se trata de una enfermedad identificable transculturalmente, cuya morfología y evolución se conocen desde la antigüedad.

LA ESQUIZOFRENIA NO ES UN ERROR DE DISCURSO, SINO UNA FORMA PECULIAR DE VIDA PSÍQUICA

Pues bien, la psiquiatría biológica ha estudiado la esquizofrenia desde una perspectiva darwiniana, con la finalidad de aclarar cómo se explica su persistencia genética, a pesar de su efecto negativo sobre las posibilidades de apareamiento y de fecundidad (puesto que aparece en la edad juvenil, deteriora los vínculos afectivos y conduce al aislamiento social). T.J. Crow se pregunta cual puede ser el valor de supervivencia de los genes que predisponen a la psicosis, y defiende la hipótesis de la aparición de una mutación genética responsable de la asimetría de los hemisferios cerebrales, en relación con el desarrollo de la inteligencia, del lenguaje y del reconocimiento social de los congéneres. Esta mutación potenciadora del aumento de tamaño y de especialización de los hemisferios cerebrales, presuntamente relacionada con la aparición de la esquizofrenia, obligó a un enlentecimiento de la maduración fetal del cerebro, posponiéndola a la vida extrauterina, donde los homínidos culminan su último período crítico de desarrollo. Por lo tanto, la esquizofrenia sería una manifestación indeseable del proceso de hominizacíón, y Crow concluye que si su persistencia ha resistido la presión selectiva cabe deducir que sea de alguna utilidad para la especie, aunque a nosotros no nos lo pueda parecer.

Hasta el momento, esta hipótesis está basada únicamente en conjeturas, pero si consiguiese un convincente soporte empírico, resultaría que la esquizofrenia es un precio que la especie humana ha tenido que pagar para alcanzar su grado de desarrollo, y entonces habría que preguntarse qué hay que hacer con los pacientes que la padecen a pesar suyo. ¿Habría que recurrir a la manipulación genética para enmendar la plana a la selección natural y desandar el camino recorrido por la hominización, o bastaría con el aconsejamiento genético? ?Hasta qué punto la psiquiatría podría aceptar como "biológicamente normal" que un individuo sufrague con su enfermedad personal la suerte futura de su especie? Pero el mayor problema de la psiquiatría biológica no es el de la enfermedad mental -que por lo menos responde a anomalías biológicas identificables, al margen de la suerte evolutiva de la especie humana-, sino el estudio y tratamiento de los estados psicopatológicos (ansiedad, depresión) y de las alteraciones en la integración de la experiencia (trastornos adaptativos y de la personalidad). Esta distinción es importante, ya que nos encontramos ante estados psicobiológicos que no están determinados por alteraciones estructurales del soporte nervioso-central (es decir, no dependen de la patología del hardware), sino que resultan del modo específico en que el organismo ha procesado su información biológica para adaptarse a las exigencias del entorno (se trata, por lo tanto, de software fallidos). Naturalmente, esta analogía informática que distingue cartesianamente entre soporte y programa no puede llevarse al extremo cuando se trata de los seres vivos, puesto que la información biológica va modificando todos los sustratos materiales que le sirven de soporte físico, de forma que su comportamiento como estructura nunca es independiente del contenido de los mensajes a los que sirve de vehículo. No obstante, como apenas se sabe nada de las posibles alteraciones estructurales que pueden subyacer a los trastornos de la integración de la experiencia (o sea, a las anomalías en el modo de "ser" y de "vivir" las cosas), bien puede aceptarse provisionalmente que existen trastornos psicopatológicos que dependen en primera instancia de la patología del software que el individuo utiliza para adaptarse al medio.

Para explicarlo con pocas palabras, la adaptación continuada del sujeto a su medio da lugar a una serie de operaciones que pueden resumirse de la siguiente forma: el individuo identifica el entorno a través de los órganos de los sentidos, que al ser estimulados de manera específica, transmiten su información bioeléctrica al cerebro para que la procese en referencia simultánea a códigos diversos (bioeléctrico, molecular y simbólico). Dicha información bioeléctrica da lugar a respuestas iniciales de habituación o condicionamiento a los estímulos (como ocurre en todos los sistemas nerviosos), es transferida al hipocampo y reconvertida en información simbólica como resultado de su contrastación con la información que esta estructura almacena sobre las experiencias adaptativas previas, y finalmente es procesada por los lóbulos frontales, que operan con información bioeléctrica y simbólica y deciden la pauta de información molecular que pondrá en marcha el hipotálamo. El resultado final de este complejo proceso de evaluación y de descifrado depende de los significados que cada información posea para cada individuo en concreto, de manera que los procesos adaptativos pueden ser definidos como operaciones idiosincrásicas de difícil estudio nomotético (de búsqueda de leyes).

EL COMPORTAMIENTO DISIDENTE ES A LA CONDUCTA LO QUE LA MUTACIÓN ES A LA GENÉTICA

Y si no hay leyes biológicas, ¿qué se puede hacer? ¿Cómo aconsejar o tratar a un paciente concreto que nos invoca desde su circunstancia para que le enseñemos a disfrutar de su propia vida con más salud mental? ¿Cuál sería el modelo de salud mental que la psiquiatría biológica tendría que utilizar como referencia? Históricamente, la medicina ha tendido a rehuir el dilema que supone definir la normalidad biológica de un modo genérico y se ha centrado en la identificación de la patología para razonar en negativo y por exclusión (si no hay pruebas de que alguien está enfermo, entonces es que está sano), y eso es lo que ha venido haciendo la investigación psicobiológica en el transcurso de las tres últimas décadas. La investigación psicobiológica se ha basado preferentemente en la aparición de los estados de conciencia y en la teoría cognitiva de la emoción, que sostiene que la experiencia emocional está determinada por tres vectores inseparables: la activación biológica (dimensión cuantitativa), la atribución de significados (cogniciones) y la conducta, de tal forma que la modificación de cada uno de estos elementos redunda en la modificación de los otros dos y de la experiencia emocional en su conjunto. Por otra parte, el estudio evolutivo de la epigénesis de las cogniciones las define como contenidos mentales de naturaleza preconsciente o irracional (derivada del procesamiento córtico-límbico de la información biológica), y las considera epigenéticamente heterogéneas con el raciocinio y con el pensamiento, aunque en ocasiones lo fundamenten. A partir de todo ello y del estudio de los estilos cognitivos de los pacientes afectados de estados psicopatológicos, la investigación PSICOBIOLÓGICA ha podido establecer que los sujetos con trastornos de personalidad y con problemas adaptativos tienden a hacer atribuciones equivocadas sobre el entorno y sobre sí mismos, acostumbran a utilizar esquemas irracionales o arbitrarios sobre el universo, y aprenden muy poco de su conducta y de su experiencia. Por lo tanto, la psiquiatría biológica tendría que cambiar estos "automatismos psicológicos" que propician la lectura equivocada de la realidad e impiden que el sujeto se instale en ella saludablemente.

TÉRMINOS COMO "ADAPTACIÓN" Y "SALUD MENTAL" PUEDEN NO SER EQUIVALENTES.

Y eso, ¿cómo puede hacerse? En ocasiones, recurriendo al tratamiento psicofarmacológico, que modifica el estado emocional del sujeto y, por lo tanto, cambia la naturaleza de sus cogniciones, y otras veces con tratamientos psicológicos (o psicoterapéuticos), que modifican las cogniciones del sujeto y cambian su estado emocional. No falta prevenciones contra los tratamientos psicofarmacológicos, incluso entre los propios médicos, y ello es debido a la aprensión que despierta su posible utilización como instrumentos suplantadores de la experiencia y como inductores potenciales de alienación biológica y social (ya que consiguen cambiar el estado interno del sujeto, al margen de cómo éste interactúe con su medio ecológico). En consecuencia, la utilización de los psicofármacos debe estar subordinada a un objetivo terapéutico promotor de adaptación y no ha de limitarse a servir de analgésico o de paliativo de las adaptaciones fracasadas. Desde luego, las consideraciones éticas del empleo de psicofármacos no terminan aquí, y en ocasiones plantean al psiquiatra un importante problema ontológico, ya que a veces puede resultarle difícil determinar si su paciente verdadero es el individuo que se siente equilibrado cuando toma psicofármacos o el que se siente perseguido y angustiado cuando los deja. Por último, aunque las técnicas de intervención psicológica estén fundamentadas en el estudio biológico de la génesis de la mente y en la psicobiología de la adaptación, no están libres de cuestionamiento filosófico y moral, ya que cada vez existen más datos en favor de que el cerebro establece representaciones subjetivas del entorno y opera conforme a esquemas derivados de su modo idiosincrásico de procesar información.

Por lo tanto, el cerebro es tan subjetivo como la gente y puede equivocarse tanto como ella, y en ese principio se basan las terapias cognitivo-conductuales que pretenden modificar las cogniciones insalubres y los esquemas mentales promotores de desadaptación. No está nada claro qué otros tipos de esquemas de recambio pueden ofrecerse al sujeto y a su cerebro, pero los terapeutas cognitivos no parecen agobiados por este problema y sostienen que, en el fondo, da lo mismo, puesto que lo que importa es que el esquema alternativo sea operativo y eficiente para cambiar las cogniciones. Aunque un punto de vista de esta clase seria sostenible cuando se trata de representar mentalmente el dolor para su manejo como emoción (por ejemplo, representándolo como un globo de goma hinchable y deshinchable), no es de recibo cuando se trata de dilucidar qué esquema del universo y de la existencia hay que transmitir a los pacientes desadaptados. Las terapias psicológicas no son ideológicamente neutras, aunque se basen en los conocimientos psicobiológicos Y estén sistematizadas con rigor, y sus objetivos no se derivan de un modelo de salud mental inferido de las leyes biológicas que gobiernan el funcionamiento de los organismos.

Así pues, aunque se sientan a cubierto bajo la legitimidad del método científico y muchas de sus hipótesis se vayan corroborando en la clínica y en el laboratorio, los psiquiatras biológicos no tienen resuelto el problema de la normalidad biológica y se ven obligados a operar con juicios de valor, como lo han venido haciendo los psiquiatras de otras épocas y de otras orientaciones teóricas. Tampoco hay que escandalizarse por ello, ni suponer que el recurso a la ética equivale a la apostasía del conocimiento objetivo y racional. Después de todo, no hay que perder de vista que la única salvación del hombre esta en la cultura, y que la naturaleza sigue su curso implacable desde el big bang, sin aparente interés ni preferencia por algún ser vivo en concreto.

M. V. M.

Para más información:

+ M. Valdés y T. de Flores. Psicobiología del estrés Conceptos y estrategias de investigación actualizada. Ed. Martínez Roca. Barcelona, 1990

+ N. Ursua, Cerebro y conocimiento un enfoque Evolucionista, Anthropos, Barcelona, 1993.

+ J.Mendlewicz, Manual de Psiquiatría Biológica, Masson, Barcelona, 1987

domingo, 22 de febrero de 2009

Nuevas Obras de Totó




Aquí teneis las últimas creaciones de este artista malagueño, "El tunel", "Fresco" y "Semblante". 

martes, 17 de febrero de 2009

Pasarela

Los días pasan y pasan
Y mi amor no llega
¿será que se habrá dormido en la esfera?
¿o será que estará con otro haciendo el amor a estilo pantera?
Ese de ahora yo y tú espera

Cuando el vuelva le voy a atar con guita de maraña
porque si no me quiere
¿para que me engaña?

Pero él sabe truco y maña
Y al final es el que me ata y me engaña
Pero yo le dejo que beba de las fuente de los ramales
Para que sepa él quien es el que más vale.

Por Totó

lunes, 16 de febrero de 2009

El valor de un psiquiatra

He encontrado esta ponderación de lo que vale un psiquiatra en la página web de "Psiquiatria Insólita" y no me resisto a ponerla:

"Por fin alguien ha definido el valor de un psiquiatra. Un individuo que retenía rehenes a punta de pistola en el Hospital St Jude de Memphis liberó a uno de ellos -un psiquiatra- a cambio de cinco hamburguesas normales, cinco hamburguesas con queso y unas patatas fritas".

sábado, 14 de febrero de 2009

Lo que no se habla del maltrato

Hace unos años, el gobierno socialista dedicó un gran esfuerzo en crear una ley, la "Ley integral contra la violencia de género", que generó un gran debate político, legal y social. Pasados unos años, la evaluación, ya no de la ley, sino de las medidas que la acompañaron no está siendo buena, ya que siguen muriendo mujeres y, lo que es peor, muchas siguen volviendo con sus maridos maltratadores tras denunciarlos. ¿Por qué no funciona?

Seguramente los que alegan que no hay suficientes medios tienen razón, al igual que los que afirman que el término "violencia de género" está mal definido y, ni están todos los que son, ni son todos los que están. Sin embargo, y asumiendo el riesgo de ser considerado políticamente incorrecto o incluso "facha", voy a tocar un tema del que no se está hablando, y que para mí es capital. En mi opinión, la única manera de abordar este problema es poner TODAS las cartas sobre la mesa para poder definir el problema con realismo, aunque no nos guste lo que veamos.

Antes de desarrollar la idea principal de esta entrada, me gustaría aclarar que el maltrato es un asunto complejísimo, en el que intervienen multitud de variables imposibles de resumir en un artículo. Además, cada mujer es un mundo, y dos mujeres que sufren maltrato pueden tener un carácter totalmente diferente o una historia personal completamente distinta, o pueden vivir en contextos opuestos. Está totalmente fuera de mi intención explicar un fenómeno tan complejo y tan diverso mediante una sola variable. Simplemente creo que otros aspectos del maltrato, como el aislamiento social o la minusvaloración a los que la mujer se ve sometida, el miedo físico que llegan a sentir o las condiciones económicas o laborales que se encuentran tras dar el paso de abandonar al maltratador, han sido suficientemente discutidas. Sólo intento añadir otra variable a la ecuación. Una variable a la que, quizás por ser controvertida o impopular, no se le ha dado el valor que merece.

Desde determinados contextos, cuando se habla de la violencia machista, se tiende a caricaturizar la situación y a pensar que si a la mujer se le da la opción de escapar del cautiverio al que le ha tenido sometido su marido, no dudará y escogerá la libertad y la independencia. Pero, y aquí está la clave, en muchos, muchísimos casos, más de los que pensamos, no es así. Hay mujeres que no prefieren ser independientes de sus maridos.

La realidad es que muchas mujeres de 40-60 años están atrapadas entre dos generaciones o modelos familiares o femeninos. Estos modelos son:

a) la mujer sumisa, obediente, callada, madre y esposa por encima de todo, hasta de ella misma, con un marido capitán general y cuyo único papel en la sociedad es el de cuidar al que haya que cuidar. Lo que fue su madre, vamos.

b) mujer independiente, currante y trabajadora pero, ojo, también madre, esposa, etc. O como ellas lo ven, lo que está intentando su hija.

Sin embargo, estas mujeres son los suficientemente jóvenes como para saber que hay una manera de ser mujer y esposa diferente a la que vivieron sus madres, y a la vez son lo suficientemente viejas como para saber que no pueden aspirar a ser esa supermujer que, intentan imponer los cánones feministas.

Así pues, la pregunta que bulle en las cabezas de algunas (muchas) de estas mujeres no es "¿Me quedo bajo el yugo de mi marido, o suelto amarras para llegar a la tierra prometida de la libertad e independencia femenina?", sino "¿aguanto algún grito que otro y conservo la seguridad y la compañía que me ofrece mi marido, o me lanzo al vacio, a un mundo sin oportunidades, para el que no estoy preparada, en el que no sé cómo moverme ni lo que me espera y en el que voy a acabar SOLA?"

Por mucho que nos extrañe y por poco que nos guste, sobre todo a los más jóvenes, hay muchas mujeres que se sienten mejor en una famila en la que tengan un marido autoritario que les diga lo que tienen que hacer y que les den una seguridad "material", que en una familia en el que ellas tengan que ocuparse de todo, en la que tengan que tomar todas las decisiones. Seguramente es lo que han visto, es el entorno en el que han aprendido a moverse. Dicho de otra forma, saben lo que les espera, saben cómo comportarse.

No, las mujeres que vuelven con sus maridos maltratadores no son estúpidas. No vuelven con su marido porque no sepan a lo que les espera en el futuro. Todo lo contrario, lo saben mejor que legisladores, políticos y periodistas. Pero por muy poco que nos guste la idea, y por muy duro que sea decirlo, muchas mujeres prefieren tener un marido al que obedecer, cuidar, que les da seguridad y compañía, por mucho que las traten como inferiores, que enfrentarse a un mundo duro y hostil, en el que están solas y en el que, finalmente, acaban cuidando a extraños o las casas de los extraños por una miseria de sueldo y soportando los malos modos del jefe (o jefa) de turno.

Tenemos juicios rápidos, unidades policiales específicas, trabajadores de todas las profesiones imaginables trabajando en el tema. ¿Podemos hacer algo más? Por supuesto. Podemos y debemos intervenir en las variables educativas, culturales y sociales, además de en las legales, psicológicas y económicas. Podemos enseñar a las mujeres, a los hombres, a las chicas y a los chicos, qué comportamientos y valores, aparentemente inocuos, están ligados al maltrato. Podemos enseñarles a que no se comporten así, a no permintir que se comporten de ese modo con ellos y ellas. Podemos enseñarles a identificarlos y a intervenir de la manera adecuada.

El matrato es un problema de todos, hombres y mujeres, y en nuestra mano está resolverlo.

jueves, 12 de febrero de 2009

Marchando otra de Jamón....

Ya sé que estoy muy pesado con el tema, pero es que investigan unas cosas...

Seguir una dieta mediterránea parece estar asociado con un menor riesgo de deterioro cognitivo leve.

FUENTE: ARCHIVES OF NEUROLOGY. 2009 FEB;66(2):216-225.

Nuevamente la dieta mediterránea vuelve a salir a relucir como la mejor opción para proteger nuestra salud. Seguir una dieta mediterránea parece estar asociado con un menor riesgo de deterioro cognitivo leve o de transición de un deterioro cognitivo leve hacia la enfermedad de Alzheimer, según un estudio del Centro Médico de la Universidad de Columbia, en Nueva York, publicado en “Archives of Neurology”.

Estudios anteriores ya habían demostrado un riesgo más bajo de Alzheimer entre aquéllos que siguen una dieta mediterránea, caracterizada por alta ingesta de pescado, vegetales, legumbres, frutas, cereales y ácidos grasos insaturados, bajo consumo de productos lácteos, carne y grasas saturadas y un moderado consumo de alcohol.

En el estudio se calcularon los resultados según la adherencia a la dieta mediterránea entre 1.393 individuos sin problemas cognitivos y 482 pacientes con deterioro cognitivo leve. Los participantes fueron examinados, entrevistados, explorados en busca de deterioro cognitivo y se les preguntó para completar un cuestionario sobre frecuencia alimenticia entre 1992 y 1999. Por encima de una media de 4,5 años de seguimiento, 275 de los 1.393 que no tenían deterioro cognitivo leve desarrollaron la enfermedad. Comparado con el tercio que presentaba menores niveles de permanencia en la dieta mediterránea, el tercio que siguió esta dieta más fielmente tuvo un 28% menos de riesgo de desarrollar deterioro cognitivo leve y el tercio intermedio de adherencia a la dieta mediterránea tuvo un 17% menos de riesgo.

Entre los 482 pacientes con deterioro cognitivo leve al comienzo del estudio, 106 desarrollaron la enfermedad de Alzheimer por encima de una media de 4,3 años de seguimiento. Mantener la dieta mediterránea también estaba asociado con un menor riesgo de evolución hacia Alzheimer. El tercio de participantes que se mantuvieron más fieles a la dieta mediterránea tuvieron un 48% menos de riesgo y aquéllos que estaban en el tercio de adherencia media a la dieta mediterránea tuvieron un 45% menos de riesgo que el tercio con niveles más bajos de fidelidad a la dieta mediterránea.

La dieta mediterránea podría mejorar los niveles de colesterol, los niveles de azúcar en sangre o reducir la inflamación, factores todos ellos asociados con el deterioro cognitivo leve. Algunos alimentos individuales de la dieta podrían tener también influencia sobre el riesgo cognitivo. "Por ejemplo, se han visto los potenciales efectos beneficiosos para el deterioro cognitivo leve y el deterioro cognitivo leve que evoluciona hacia Alzheimer del alcohol, el pescado, los ácidos grasos poliinsaturados y los bajos niveles de ácidos grasos saturados", indican los autores.

Para acceder al texto completo consulte las características de suscripción de la fuente original: archneur.ama-assn.org/

domingo, 8 de febrero de 2009

John Searle y La Conciencia

John Rogers Searle (nacido el 31 de julio de 1932DenverColorado) es Slusser Professor de Filosofía en la Universidad de California, Berkeley, y es célebre por sus contribuciones a la filosofía del lenguaje, a la filosofía de la mente y de la conciencia, a las características de las realidades sociales frente a las realidades físicas, y al razonamiento práctico

Searle considera que el famoso problema mente-cuerpo tiene una solución filosófica sencilla disponible desde hace más o menos un siglo: la conciencia es un fenómeno neurobiológico causado por el cerebro. La solución neurológica es más complicada y debemos esperar a que los neurocientíficos hagan su tarea.  Se opone tanto al dualismo como al materialismo, en favor de una posición a la que llama naturalismo biológico. El dualismo comete el error de considerar a la conciencia como una sustancia separada y por encima de lo material. El materialismo comete el error de negar los hechos básicos de la conciencia, inclusiva su existencia misma. Ambos están equivocados desde la raíz cartesiana que les dio origen. Las categorías físico y mental están cargadas con un significado antagónico del cual debemos deshacernos.

En su ensayo "La conciencia" 
podemos encontrar un resumen sobre este asunto.

sábado, 7 de febrero de 2009

¡NUEVA SECCIÓN! : TURISMO PSIQUIÁTRICO. Hoy el sd. de Amok


En Psiquiatría, el síndrome Amok consiste en una súbita y espontánea eclosión de rabia salvaje, que hace que la persona afectada corra locamente, armada, y ataque, hiera o mate indiscriminadamente a los hombres y animales que aparezcan a su paso, hasta que el sujeto es inmovilizado o se suicida. La definición fue dada a conocer por el psiquiatra americano Joseph Westermeyer en 1972. Según los psiquiatras, el ataque homicida salvaje va precedido por lo general de un período de preocupación, pesadumbre y depresión moderada. Tras el ataque, la persona queda exhausta, con una amnesia completa y, eventualmente, acaba suicidándose.

Definición

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS o WHO) por Amok se entiende "un episodio aleatorio, aparentemente no provocado de un comportamiento asesino o destructor de los demás, seguido de amnesia y/o agotamiento. A menudo va acompañado de un viraje hacia un comportamiento auto-destructivo, es decir, de causarse lesiones o amputaciones llegándose hasta el suicidio".

Origen y evolución del término

El nombre procede de la palabra malaya meng-âmok, que significa “atacar y matar en ira ciega”, pues fue allí donde fue observado este fenómeno por primera vez. En algunos contextos su aparición se sigue limitando a ciertos espacios geográficos: incluso la Asociación Americana de Psiquiatría la clasificaba hasta hace pocos años como una de las "enfermedades ligadas a fenómenos culturales" y la vinculaba, como en tantos otros casos con el dhat (propio de la India) y el latah (que aparece en el Sureste de Asia y el Pacífico Sur). Sin embargo, se ha descrito en otros ámbitos culturales bajo denominaciones diferentes, como berserk en Escandinavia, cafard en Polinesia, iich’ aa entre los indios navajos, etc. Además, la Criminología caracteriza muchos asesinatos masivos como productos de este síndrome.

En su momento, el amok interesó especialmente a la psiquiatría transcultural y sus comparaciones de cuadros clínicos de diferentes culturas y al debate sobre la universalidad de las nosologías.

El amok guarda cierta semejanza con la secuencia de explosión-bloqueo, propia de personalidades explosivo-bloqueadas.

Algunas tragedias como consecuencia de un síndrome Amok

4 de septiembre de 1913, Vaihingen an der Enz, 17 muertos
18 mayo de 1927, Bath, Michigan, 45 muertos
6 de septiembre de 1949, Camden, New Jersey, 13 muertos
11 de junio de 1964, Colonia, 10 muertos
1 de agosto de 1966, Austin/Texas, 17 muertos
03 de junio de 1983, Eppstein/Hessen, 5 muertos, 14 heridos
13 de marzo de 1996, Dunblane/Escocia, 17 muertos
28 de abril de 1996, Port Arthur/Tasmania, 35 muertos
20 de abril de 1999, Littleton/Colorado, 15 muertos (véase Masacre del instituto Columbine)
27 de septiembre de 2001, Zug/Suiza, 15 muertos
26 de abril 2002, Erfurt, 17 muertos
20 de noviembre de 2006, Emsdetten, 1 muerto, 37 heridos
16 de abril de 2007, Blacksburg/Virginia, 32 muertos, 29 heridos (véase Masacre de Virginia Tech)

Fuente: http://www.wikipedia.com

jueves, 5 de febrero de 2009

Más Jamón y menos Prozac

La dieta mediterránea mejora la salud física y mental

Sus efectos no se explican sólo por los alimentos, sino también por el estilo de vida asociado y una mejor percepción de las personas sobre su salud

Según muestran los resultados de un estudio desarrollado por el grupo de investigación en Riesgo Cardiovascular y Nutrición del Instituto Municipal de Investigación Médica (IMIM-Hospital del Mar) y publicado en el último número de la revista British Journal of Nutrition, los efectos positivos de la dieta mediterránea no se explican sólo por la composición de los alimentos ingeridos, sino también por el estilo de vida asociado y una mejor percepción de las personas sobre su salud física y mental.
 
Los investigadores analizaron, entre los años 2000 y 2005, los datos procedentes de una población gerundense representativa. Se seleccionaron un total de 8.195 personas, con edades comprendidas entre los 35 y los 74 años, que fueron entrevistadas sobre sus antecedentes clínicos revelantes, hábitos alimentarios, consumo de alcohol y tabaco, actividad física y nivel cultural.
 
Una vez los participantes cumplimentaron diversos cuestionarios validados en la práctica clínica y realizados por personal entrenado, los investigadores analizaron los datos sobre la calidad de vida y valoraron el tipo de alimentos consumidos en los últimos 12 meses. Aunque la calidad de vida percibida relacionada con la salud es una medida de percepción más que una medida biológica, el estado de salud percibido mostró ser un predictor muy importante de la mortalidad a largo plazo.
 
Los resultados reflejaron de manera claramente significativa que, tanto en mujeres como en hombres, la dieta mediterránea está asociada a una mejor percepción de las personas de su salud física y mental. Además, los efectos de la dieta mediterránea no se vieron alterados por la actividad física, el índice de masa corporal (IMC) o el consumo de tabaco.
 
Previamente, diversos estudios asociaron la dieta mediterránea con la prevención de trastornos cardiovasculares y la mejora de expectativas de vida. La calidad de vida, además de factores socioculturales, está estrechamente relacionada con el estado físico y mental percibido.


Fuente: www.jano.es

miércoles, 4 de febrero de 2009

¿Qué has hecho hoy en los talleres?

Un dictado, un crucigrama y una sopa de letras...

Y luego soy yo el que los aburro (¿a los pacientes?) permitiéndoles hablar y participar en las decisiones...

Tratar a los locos como a los tontos, ¿eso no es aburrido?, pero por lo menos mantiene el status quo donde conviene, el ordeno y mando prevalece y no hace necesario que los profesionales se formen.

(Perdón por el exabrupto)

lunes, 2 de febrero de 2009

La rejilla de Kelly

La técnica de la rejilla



Psicología social - Psicología constructivista e intervención social
La Técnica de Rejilla es un instrumento de evaluación de las dimensiones y estructura del sistema de construcción personal que se deriva directamente de la Teoría de los Constructos Personales (Feixas, 2003). La ventaja de la técnica de la rejilla sobre otras técnicas de evaluación de la personalidad es que capta la forma en la que una persona da sentido a su experiencia en sus propios términos. Es un instrumento muy flexible que ha sido utilizado en contextos muy distintos.
La Técnica de Rejilla consiste en un formato de entrevista que genera una matriz de datos; éstos se someten a varios análisis para revelar su estructura aparente e implícita (Feixas & Cornejo, 1996). La rejilla no cuenta con un conjunto de ítems o preguntas concretas, sino que se va construyendo con el sujeto, en función de sus respuestas (que constituyen los “ítems”) y de acuerdo con unas pautas generales. Debe quedar claro, que no hay respuestas correctas o incorrectas; se trata de que el sujeto exprese sus puntos de vista personales (subjetivos) sin que el entrevistador deba manifestar su juicio u opinión al respecto.
Para administrar la rejilla se debe introducir la técnica al entrevistado. El siguiente paso es la “obtención de elementos”, en el caso de la rejilla interpersonal (existen también rejillas del self, de diferentes roles de la misma personas, conceptos…) consiste en seleccionar un conjunto de entre 10 y 20 personas significativas dentro del circulo social del entrevistado. Además de incluir al sujeto se deben seleccionar los roles principales de la narrativa del sujeto (Padres, pareja, amigos compañeros e incluso personas non gratas). También hay que incluir al propio sujeto actualmente y cómo le gustaría ser (“yo ideal”). Adicionalmente podemos incluir otros elementos del yo en los que podemos formular hipótesis (yo si estudio lo que me gusta) o puntos temporales del pasado (yo antes de tener el accidente) que nos pueden permitir saber lo que cambió o lo que espera cambiar el entrevistado. Estos elementos se anotan en la parte superior de la rejilla constituyendo el eje de ordenadas. El siguiente paso es la “elicitación de constructos”. Como hemos visto, estos constructos son pares de opuestos, que en el caso de la rejilla obtenemos preguntando por las similitudes y diferencias entre los elementos. Hay diversas formas de elicitar constructos, Kelly (Kelly, 1955)propuso hacerlo por tríadas, Feixas y cornejo (Feixas & Cornejo, 1996) prefieren las díadas de elementos y también se puede hacer a partir de la descripción de los elementos uno a uno. Se han encontrado diferencias entre los diferentes métodos de elicitación, específicamente mayor variabilidad en el método triádico (Caputi & Reddy, 1999). Por su mayor sencillez, describiremos el método diádico. Para realizarlo se pregunta en primer lugar por las similitudes de pares de elementos (p.ej. “¿en que se diferencian tu padre y tu madre?”), de forma que todos los elementos aparecen al menos una vez en alguna de las díadas presentadas. El “yo actual” y los padres suelen aparecer con mayor frecuencia. Se comienza por las similitudes en términos de carácter y personalidad y se pide un opuesto especificando que debe ser el propio opuesto y no un opuesto semántico. Al acabar con las similitudes se sigue con las diferencias. Estos pares de características son los constructos personales que constituyen el eje de abcisas de la rejilla. Este proceso se repite con los siguientes pares de elementos hasta que se produce una saturación de constructos (habitualmente más de 15 o 20) o estos son muy difíciles de obtener.
A continuación el entrevistado debe puntuar cada constructo para cada elemento (habitualmente se hace con una escala likert de 7 o 5 puntos) obteniendo finalmente una matriz de tantas columnas como elementos y tantas filas como constructos. Cada constructo se evalúa con las puntuaciones más bajas (normalmente 1) para el polo del constructo colocado a la izquierda, la puntuación intermedia como indefinición y las puntuaciones más altas indicando que ese elemento coincide más con el polo que hemos escrito en la parte derecha de la casilla de constructo.
El análisis matemático de la rejilla ofrece múltiples posibilidades. El programa RECORD es uno de los instrumentos más completos y sencillos de utilizar. Este programa informático está disponible en la web http://www.terapiacognitiva.net/record/.
La simple contemplación cualitativa de la rejilla ya nos da bastante información de cómo la persona evalúa a la gente de su entorno. Los análisis principales consisten en índices, que nos ofrecen información sobre la medida en la que la persona se ha definido, la correlación total del yo actual con el yo ideal o con los demás (en este programa siempre se debe poner el yo ideal en la última columna para que este análisis tenga resultado). El programa ofrece también el nivel de polarización, intensidad y potencia discriminativa de cada constructo y elemento.
También aparecen los posibles conflictos cognitivos (Feixas y Saúl, 2002 identifican 3 tipos: constructos dilemáticos, dilemas implicativos y conflictos triádicos, según impliquen uno, dos o tres constructos respectivamente). Según Feixas (Feixas, 2003) los dilemas implicativos son estructuras cognitivas organizadas de tal modo que el cambio deseado en el constructo discrepante produciría también un cambio no deseado en otro constructo congruente, que supondría una alteración en el sentido de identidad por el hecho de estar ambos constructos correlacionados.
Siguen las correlaciones entre los diferentes constructos y elementos (correlaciones elementosXelementos, constructosXconstructos y constructosXelementos) que nos ofrecen la medida en que se asocian las distintas unidades de construcción. Por ejemplo podemos observar como el yo ideal se aleja de un hermano con una correlación muy baja o incluso negativa, indicándonos que puede existir un conflicto con esa persona.
El programa ofrece también dos salidas gráficas. En primer lugar aparecen los ejes, que son construidos a través de análisis factoriales. Estos constituyen un mapeado de la personalidad del paciente en el que podemos observar mejor las relaciones entre diferentes elementos y constructos. En segundo lugar el programa realiza un análisis de cluster en el que se puede apreciar diferentes niveles de agrupación. En la figura 4 podemos observar un ejemplo de cómo el programa agrupa elementos y constructos en ejes.
Existe una gran cantidad de bibliografía sobre la aplicación de la rejilla. Con esta pequeña introducción solo deseamos que el lector tenga una pequeña impresión de cómo es la prueba, como se administra y sus principales resultados. Aunque en el campo de la psicología la técnica de la rejilla es utilizada sobre todo en contextos clínicos y de orientación profesional (existen otras múltiples aplicaciones en campos de investigación de mercados, científico-técnicos, etc.).

domingo, 1 de febrero de 2009

Cosas que NO SOMOS los Psicólogos clínicos (pero que en algunas ocasiones nos piden que seamos o nos creemos que somos)

- El mecánico de tu hijo/marido/mujer, etc.
¡No, hijo, no! No tengas la poca vergüenza de dejarme aqui sentado/a a tu encantadoramente desquiciado familar para que te lo arregle como si se le hubiera roto el delco... Hay que mojarse, señores, hay que mojarse... no haberlo traido.

- Tu mejor amigo.
A ver si te crees que el saturday night me voy de marcha con los 35 pacientes que he visto esta semana, o que les cobro a mis amigos por disfrutar de mi presencia... A LA CONSULTA SE VIENE A CURRAR Y A SUFRIR, TANTO TÚ COMO YO.

- Un juez.
Hazme el favor de no traerme a tu marido para que le convenza de que tienes razón, o para que haga oficial que tu mujer está como un cencerro. Y como te pongas muy pesado/a, le voy a dar la razón a tu marido, o voy a poner en un papel que el que está para que lo encierren eres tú. Así que cuidadito conmigo...

- El pardillo que te escribirá un informe en el que ponga lo que tu quieras.
Claro, normal. Como el médico de cabecera no te hace ni caso, el inspector médico te dice que vuelvas al curro y yo me tiro 45 minutos contigo en consulta, has pensado que yo voy a hacer lo que a ti te parezca... faltaría más...

- Un médico que no receta.
No, señores gerentes de
los Hospitales. Los psicólogos no somos médicos... ni ganas, oiga, que esta gente meten las manos en sitios muy asquerosos y pinchan y hacen cosas raras con aparatos. Ah, y con 15 minutillos no tengo suficiente para ver a los pacientes.

- Un testólogo.
Aunque no te lo creas, rara vez te voy a torturar
dándote un boli y un tocho de 500 preguntas en lugar de hablar contigo. Claro que si no eres bueno podría hacerlo...

- Un cuentista que dice cosas sin sentido.
Te prometo que, en la mayoría de las ocasiones, sé lo que estoy dicendo. Y al menos en la mitad, lo que digo se refiere a ti, aunque no te lo parezca. Si aguantas unas sesiones más, te prometo que te convenceré.

- Un tipo que sabe lo que estás pensando con solo mirarte.
Bueno, esto si lo hacemos, pero tenemo
s que decir que no es así para mantener el halo de misterio...
- El pesado que va a complicar las cosas.

Bueno, esto también es verdad. Voy a empezar a llamar a tus familares, a tu jefe, a tus amigos. Y lo que es peor, los voy a traer a consulta para que te pongan a parir, colega. La terapia sistémica es que es la caña...


- Alguien que te va a manipular como a una rata de laboratiorio.
Esos son los de básica... si conoces a un psicólogo que no ve pacientes, te pregunta si quieres participar en su experimento, y te pone a pulsar botones o a contestar preguntas raras sobre lucecicas, venenos, antídotos y demás, corre, DEPRISA Y LEJOS.

Con todo mi cariño y mi sentido del humor, para mis colegas de profesión...