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jueves, 18 de febrero de 2010

Hoy hace 35 días

Hola,

Hoy hace 35 días que no me autolesiono, ni tengo ganas, ni pensamiento; es por ello que te escribo estas palabras...
Muchas personas caen en comportamientos que son dañinos para sí mismas, como fumar o beber en exceso. Pero la diferencia principal entre estos comportamientos y el de alguien que corta repetidamente sus propios brazos es que la gente no fuma con la intención de dañarse. El daño es un efecto secundario desafortunado, y la razón por la que fuman es el placer. En cambio, quienes se cortan se proponen lastimarse, no creo que eso sea así..
Hay también una distinción importante entre el intento de suicidio y la auto lesión En el caso de intento de suicidio, el daño causado es incierto y básicamente invisible; por el contrario, cuando una persona se hace cortes, el daño es claro, predecible y a menudo altamente visible.
Las formas más comunes son los cortes en los brazos, las manos y las piernas, y menos comúnmente la cara, el abdomen, los pechos e incluso los órganos genitales. Algunos se queman o se escaldan, otros golpean sus cuerpos, o se golpean contra algo. Otras maneras en que la gente se daña incluyen arañazos, pinchazos, morderse, rasparse y, ocasionalmente, la inserción de objetos afilados debajo de la piel o en orificios del cuerpo o tragar objetos afilados o sustancias dañinas.
Hay una hipótesis de que la auto lesión, resulta de una disminución de neurotransmisores cerebrales. Este punto de vista está justificado por la evidencia encontrada por Wichel y Stanley (1991). Ellos descubrieron que aunque los sistemas de dopamina y de opioide no están implicados en la auto lesión, el sistema de serotonina sí lo está. Drogas que logran que llegue más serotonina al cerebro parecen tener cierto efecto en la conducta de auto-lesión. Wichel y Stanley plantean la hipótesis de una relación entre este hecho y las similitudes clínicas entre el trastorno obsesivo-compulsivo (que se sabe que se le puede ayudar con drogas que aumenten los niveles de serotonina) y conductas de auto-lesión. Se dieron cuenta que algunas drogas que estabilizan el estado de ánimo (como el Tegretol) puede estabilizar la conducta de hacerse daño.
Coccaro (1997) ha realizado estudios para ver si el sistema de serotonina está implicado en la conducta de auto lesión Encontraron que la irritabilidad es la conducta central correlacionada con la función de serotonina, y que el tipo de conducta agresiva que se muestra en respuesta a la irritabilidad parece ser dependiente de los niveles de serotonina. Si los niveles de serotonina son normales, la irritabilidad se expresa gritando, aventando cosas, etc. Si los niveles de serotonina son bajos, la agresión aumenta y la respuesta a la irritación va en escalada hacia la auto lesión, el suicidio o atacar a otros.
Simeon et al. (1992) hallaron que la conducta de auto-lesión (automáticamente) estuvo considerablemente correlacionada negativamente con el número de sitios de unión de la imipramina en plaquetas (los autolesionadores tienen menos sitios de unión de imipramina en plaquetas, un nivel de actividad de la serotonina) y observan que esto "puede reflejar disfunción serotonérgica central con inhibición pre-sináptica de la liberación de serotonina... La disfunción serotonérgica puede facilitar la auto lesión". Cuando estos resultados son considerados a la luz de trabajos como el de Stoff et al. (1987) y Birmaher et al. (1990), que vinculan los números reducidos de sitios de unión de la imipramina en plaquetas con la impulsividad y agresión, parece que la clasificación más adecuada para la conducta de auto-lesión podría ser un desorden del control de los impulsos similar a la tricotilomanía, cleptomanía, o juego compulsivo. Herpertz (Herpertz et al, 1995; Herpertz y Favazza, 1997) ha investigado la forma en que los niveles de prolactina en la sangre responden a dosis de d-fenfluramina en sujetos que se autolesionan y sujetos que no lo hacen.
La respuesta de la prolactina en los sujetos auto-lesionadores fue deficiente, lo cual "sugiere un déficit en toda, y principalmente, la función central pre-sináptica 5-HT (serotonina)". Stein et al. (1996) hallaron un déficit similar en la respuesta de prolactina en el desafío a la fenfluramina en sujetos con trastorno compulsivo de la personalidad, y Coccaro et al. (1997c) hallaron que la respuesta de prolactina variaba inversamente con las puntuaciones en la escala de “Historia de Vida con Respecto a la Agresión”. No está claro si estas anormalidades son causadas por experiencias de trauma/abuso/invalidación o bien si algunos individuos con este tipo de anormalidades cerebrales tienen experiencias traumáticas que les imposibilita aprender maneras efectivas de manejar situaciones estresantes, y por ende, sienten que tienen poco control sobre lo que les pasa y acaban por recurrir a la auto-lesión como mecanismo de sobrevivencia.
Muchos de los que se autolesionan (automutilan) no logran explicar bien su conducta, pero lo que sí saben es cuando parar una sesión de auto-lesión. Después de cierta cantidad de heridas, su necesidad o desesperación es de alguna manera resuelta, y la persona se siente tranquila, calmada, en paz. En un estudio (Richardson y Zaleski, 1986) se les dio a los auto-lesionadores Naxolone, una droga que bloquea la acción de la reducción de dolor de las endorfinas producidas naturalmente por el cuerpo. Los resultados indican que no fue efectiva, es decir, seguían reportando sentir poco o nada de dolor. El dolor no influye en parar las lesiones. Haines et al. (1995) encontraron que la reducción de tensión psico-fisiológica es el propósito principal de la auto-lesión. Cuando cierto nivel de tranquilidad fisiológica se logra, el autolesionador ya no siente la urgencia de hacerle daño a su cuerpo. La falta de dolor puede ser debida a la disociación que ocurre en el momento, o bien en que la auto-lesión sirve para poder enfocarse al 100% en algo concreto y el resto de los estímulos son bloqueados, incluyendo el dolor físico y emocional.
La disociación puede definirse como aquel estado mental en el cual el individuo presenta una desconexión pasajera de la conciencia de sí mismo, del tiempo o de las circunstancias externas. Se ha encontrado un incremento en la actividad theta en algunos estados mentales disociativos llamados “estados alterados de la conciencia”, tales como el trance hipnótico y la meditación. Más aún, se ha reportado un incremento en la potencia de la banda theta durante la anticipación de un estímulo doloroso. Dicha actividad cerebral se origina en la parte media de la corteza prefrontal y el cíngulo anterior, estructuras límbicas relacionadas con el procesamiento cognoscitivo-afectivo del dolor. Cuando se genera de manera experimental un estímulo doloroso, los cambios en el flujo sanguíneo cerebral (FSC) de la corteza del cíngulo anterior (CCA) se relacionan directamente con la percepción de desagrado del estímulo. La activación de esta estructura es determinante en la reacción emocional y conductual del dolor, dada su proximidad con las estructuras premotoras o de ejecución ligadas con procesos de atención y conductas de evitación. La integración de las tres esferas del dolor, expresadas como intensidad, nivel de desagrado y afecto secundario, se lleva a cabo en un sistema central de zonas que procesan la información nociceptiva en serie y en paralelo.
Un hallazgo electroencefalográfico importante en los pacientes con TLP que presentan CAL es el incremento de la banda theta en estados basales y durante la prueba de tolerancia al frío. En los pacientes con TLP que no perciben dolor durante el CAL, la potencia de la banda theta se correlaciona de manera directa con la puntuación total de la escala de experiencias disociativas.

Los pacientes con TLP que no reportan dolor durante el CAL presentan menores puntuaciones en los reportes de intensidad y en el componente aversivo cuando se someten a pruebas experimentales de dolor agudo. Además, los pacientes refieren una mejoría de estados anímicos tales como depresión, enojo, ansiedad y confusión inmediatamente después de haberse aplicado la prueba nociceptiva. Asimismo, presentan un grado más alto de impulsividad y disociación, y un número también más alto de intentos suicidas.

Echo de menos la terapia contigo y las charlas, la práctica de escuchar los propios sentimientos, ¿recuerdas? Se habla de escuchar al ánima, o principio femenino, (que representa la afectividad en el hombre); y también de escuchar los mensajes del inconsciente. Ya me contaras que piensas de todo esto que te escribo...

Un abrazo.

P.D.: Dicen que el peregrino se inicia desde el mismo momento en que piensa en el camino...