viernes, 22 de mayo de 2009

Renowned Psychiatrist Loren R. Mosher Resigns from the American Psychiatric Association in Disgust


This is a copy of a letter by Dr. Mosher resigning from the American Psychiatric Association. Note that Dr. Mosher was a pioneer in establishing programs of psychosocial community care in the field of psychiatry (e.g., Soteria House,); his many publications in that regard have been very influential (e.g.: Mosher, L., & Burti, L. (1989). "Community mental health: Principles and Practice". New York: Norton.).

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Loren R. Mosher M. D.
2616 Angell Ave
San Diego, CA 92122

December 4 1998

Rodrigo Munoz, M.D., President
American Psychiatric Association
1400 94 Street N. W.
Washington, D.C. 20005

"Querido Rod:

Después de casi tres décadas como miembro, es con una mezcla de placer y decepción que presento esta carta de renuncia a la Asociación Americana de Psiquiatría. La razón principal de esta acción es mi convicción de que estoy realmente renunciando a la Asociación Americana de Psicofarmacología. Afortunadamente, la verdadera identidad de la organización no requiere ningún cambio en la sigla.

Lamentablemente, la APA refleja, y refuerza, de palabra y de hecho, a nuestra sociedad droga-dependiente. Sin embargo, ayuda a librar la guerra contra las 'drogas'. Los clientes de 'doble diagnóstico' son un problema importante para nuestro campo, pero no a causa de los 'buenos' medicamentos que prescribimos. Los 'malos', son los que se obtienen principalmente sin receta. Un marxista observaría que siendo una buena organización capitalista, a la APA le gustan sólo aquellas drogas de las cuales pueda obtener un beneficio - directa o indirectamente. Este no es un grupo para mí. En este punto de la historia, en mi opinión, la psiquiatría ha sido completamente comprada por las empresas farmacéuticas. La APA no podría continuar sin las compañías farmacéuticas apoyando sus reuniones, simposios, talleres, publicidad en revistas, grandes rondas de almuerzos, becas educativas sin restricciones, etc., etc. Los psiquiatras se han convertido en los siervos de las promociones de las compañías farmacéuticas. La APA, por supuesto, mantiene que su independencia y su autonomía no se ven comprometidas en esta enmarañada situación. Cualquiera con un mínimo de sentido común, asistiendo a la reunión anual, podría observar cómo la compañía farmacéutica exhibe, y 'los simposios patrocinados por la industria', atraen a las multitudes con sus diversas tentaciones, mientras que a las serias sesiones científicas apenas se asiste. El entrenamiento psiquiátrico refleja su influencia también: la parte más importante de la currícula de un residente es el arte y la cuasi-ciencia de repartir drogas, es decir, de escribir la prescripción.

Estas limitaciones psicofarmacológicas de nuestra capacidad de ser completamente médicos también limitan nuestro horizonte intelectual. Ya no buscamos entender a las personas todas en sus contextos sociales - más bien estamos allí para realinear los neurotransmisores de nuestros pacientes. El problema es que es muy difícil tener una relación con un neurotransmisor - sea cual fuere su configuración. Por lo tanto, nuestra organización gremial proporciona un fundamento, a través de su visión de túnel neurobiológico, para mantener nuestra distancia del conglomerado de moléculas que hemos llegado a definir como pacientes. Toleramos y promovemos el uso generalizado e indebido de productos químicos tóxicos que sabemos que tienen graves efectos a largo plazo - la disquinesia tardía, demencia tardía y graves síndromes de abstinencia. Por lo tanto, ¿quiero ser un pelele de una compañía farmacéutica que trata moléculas con su recetario? No, muchas gracias. Me entristece que después de 35 años como psiquiatra, espere con ansias desvincularme de semejante organización. De ninguna manera representa mis intereses. No está dentro de mis capacidades el creerme el actual modelo biomédico-reduccionista anunciado por la dirigencia psiquiátrica, de casarse una vez más con la medicina somática. Esta es una cuestión de moda, política y, al igual que la conexión con la casa farmacéutica, de dinero.

Además, la APA ha entrado en una alianza impía con NAMI [*1] (no recuerdo que se les haya preguntado a los miembros si apoyaban a una asociación semejante), a tal punto que las dos organizaciones han adoptado públicos sistemas de creencias similares sobre la naturaleza de la locura. Mientras se proclama a sí misma la 'defensora de sus clientes' la APA está apoyando a los no-clientes, los padres, en sus deseos de estar en control, vía dependencia legalmente forzada, de su loca/mala progenie: NAMI, con la tácita aprobación de la APA, ha repartido una droga pro-neuroléptica y una agenda de fácil reclusión-institucionalización que viola los derechos civiles de sus crías. En la mayoría de los casos, nos mantenemos al margen y permitimos que esta agenda fascista avance. Su dios psiquiátrico, el Dr. E. Fuller Torrey, está autorizado a diagnosticar y recomendar tratamiento a aquellos en la organización NAMI con quienes discrepa. Evidentemente, una violación de la ética médica. ¿APA no protesta? Por supuesto que no, porque él está diciendo algo con lo que la APA está de acuerdo, pero no puede exponer explícitamente. Se le permite ser un frustrado; después de todo - él ya no es miembro de la APA. (¡Lindo trabajo APA!) La miopía de este matrimonio de conveniencia entre APA, NAMI, y las compañías farmacéuticas (que alegremente apoyan a ambos grupos debido a su compartida postura pro-drogas) es una abominación. No quiero ser parte de la psiquiatría de la opresión y el control social.

'Las enfermedades cerebrales biológicamente basadas' son sin duda convenientes para las familias y profesionales por igual. Es un seguro con franquicia en contra de la responsabilidad personal. Todos estamos sólo irremediablemente atrapados en el remolino de la patología cerebral del que nadie, excepto el ADN, es responsable. Ahora, para empezar, cualquier cosa que tenga una patología cerebral específica anatómicamente definida, se convierte en una provincia de la neurología (la sífilis es un excelente ejemplo). Así que, para ser coherente con este punto de vista de 'enfermedad cerebral', todos los principales trastornos psiquiátricos se convertirían en el territorio de nuestros colegas neurólogos. Sin haberlos encuestado, creo que esquivarían la responsabilidad sobre estos problemáticos individuos. Sin embargo, la coherencia exigiría nuestra entrega de 'las enfermedades biológicas cerebrales' a ellos. El hecho de que no hay pruebas que confirmen la atribución de enfermedad cerebral es, en este punto, irrelevante. Con lo que estamos lidiando aquí es con la moda, la política y el dinero. Este nivel de deshonestidad intelectual y científica es demasiado atroz para mí como para seguir apoyándolo con mi membresía.

Veo sin sorpresa que la formación psiquiátrica está siendo sistemáticamente desautorizada por los graduados de la escuela de medicina americana. Esto nos debe dar un motivo de preocupación sobre el estado de la psiquiatría de hoy. Debe significar - por lo menos en parte - que ven a la psiquiatría como muy limitada y poco desafiante. A mí me parece claro que nos dirigimos hacia una situación en la que, a excepción de los académicos, la mayoría de los profesionales psiquiátricos no tendrá relaciones reales - tan vitales para el proceso de curación - con las perturbadas y perturbadoras personas a las que tratan. Su único papel será el de escritores de prescripciones - unos don nadie bajo la apariencia de ser 'ayudantes'.

Por último, ¿por qué la APA debe aparentar saber más de lo que sabe? El DSM IV es la invención con la cual la psiquiatría busca la aceptación de la medicina en general. Los de adentro saben que es un documento más político que científico. Ya que en sus créditos lo dice - a pesar de que su breve apología es rara vez notada. El DSM IV se ha convertido en una Biblia y un best seller hacedor de dinero - no obstante sus principales deficiencias. Limita y define la práctica, algunos lo toman en serio, otros más realistamente. Es la forma de poder cobrar. La fiabilidad del diagnóstico es fácil de alcanzar para los proyectos de investigación. La cuestión es ¿qué nos dicen las categorías? ¿En realidad representan con precisión a la persona con un problema? No lo hacen, y no pueden, porque no hay criterios externos que validen a los diagnósticos psiquiátricos. No hay ni una prueba de sangre ni lesiones anatómicas específicas para ningún trastorno psiquiátrico importante. Entonces, ¿dónde estamos? La APA, como organización, ha implícitamente (a veces explícitamente también) apoyado un teórico engaño. ¿Es la psiquiatría un engaño - tal como se practica hoy en día? Lamentablemente, la respuesta es mayormente, sí.

¿Qué recomiendo a la organización, a mi partida, después de experimentar tres décadas de su historia?

1. Para empezar, déjennos ser nosotros mismos. Dejen de hacer alianzas nefastas sin el permiso de los miembros.

2. Sean realistas sobre la ciencia, la política y el dinero. Rotulen a cada uno por lo que son - es decir, sean honestos.

3. Salgan de la cama de la NAMI y las compañías farmacéuticas. La APA debería alinearse, si uno cree en su retórica, con los verdaderos grupos de consumidores, es decir, los ex-pacientes, los sobrevivientes psiquiátricos, etc.

4. Hablen con los miembros - no puedo estar solo en mis opiniones.

Pareciera que hubiésemos olvidado un principio básico - la necesidad de estar orientados a la satisfacción del paciente / cliente /consumidor. Yo siempre recuerdo la sabiduría Manfred Bleuler: 'Loren, nunca debes olvidar que eres el empleado de tu paciente'. Al final, ellos determinarán si la psiquiatría sobrevive o no en el mercado de los servicios."

Loren R. Mosher M. D.

1 comentario:

Alvaro dijo...

Creo que podría firmala yo... pero cambiando las siglas.